Quiero abrir la charla de política a todas, y se me ocurrió que este espacio podía resultar útil para reflejar lo que sentimos sobre la política actual, y nada menos que hoy para empezar a hacerlo.
Empiezo por mis sensaciones. Esta tarde, ante un auditorio lleno de partidistas Cristina se lanzó oficialmente para la presidencia. Casi que confirmó de hecho que en los próximos cuatro años nuestro país tendrá por primera vez una presidenta electa para el cargo.
Hoy veía en los resúmenes de noticias fragmentos del discurso de nuestra futura presidenta y lamenté escuchar más de lo mismo, si puedo resultar ilusa pensando que de la mano de una mujer vendrían cambios, vendría otra manera de mirar a los problemas y por sobre todo otra forma de resolverlos, pero no, tuve la sensación que sería más de lo mismo y que de esta forma gastaríamos la oportunidad mundial de tener nuestra primera presidenta con una mujer que piensa más como un viejo perro de nuestra política que como una madre, amiga, profesional o emprendedora que de la mano de su empeño y convicciones ocupa un cargo estratégico en una nación.
Luego de reflexionar sobre esto me pregunté qué es lo que hacía yo para generar o apoyar una alternativa diferente, y la verdad es que debo confesar que siento que no haga nada. Si bien en mi vida cotidiana trato de contribuir haciendo las cosas lo mejor posible, cumpliendo con mis obligaciones como ciudadana y demás, siento que no alcanza, que la suma de todos los que hacemos esto no alcanza para generar una nueva dirigencia.
Estoy desconcertada y siento que seguimos en la dirección equivocada, que el tiempo pasa y lejos de progresar nos estancamos, festejamos éxitos inmediatos que tienen fecha de vencimiento y tratamos de aprovecharlos mientras duran porque ya sabemos que en poco tiempo volverán las complicaciones y estaremos otra vez enfrascados en una crisis. ¿Hasta cuándo? ¿Cuál es el límite?
Hoy veía en los resúmenes de noticias fragmentos del discurso de nuestra futura presidenta y lamenté escuchar más de lo mismo, si puedo resultar ilusa pensando que de la mano de una mujer vendrían cambios, vendría otra manera de mirar a los problemas y por sobre todo otra forma de resolverlos, pero no, tuve la sensación que sería más de lo mismo y que de esta forma gastaríamos la oportunidad mundial de tener nuestra primera presidenta con una mujer que piensa más como un viejo perro de nuestra política que como una madre, amiga, profesional o emprendedora que de la mano de su empeño y convicciones ocupa un cargo estratégico en una nación.
Luego de reflexionar sobre esto me pregunté qué es lo que hacía yo para generar o apoyar una alternativa diferente, y la verdad es que debo confesar que siento que no haga nada. Si bien en mi vida cotidiana trato de contribuir haciendo las cosas lo mejor posible, cumpliendo con mis obligaciones como ciudadana y demás, siento que no alcanza, que la suma de todos los que hacemos esto no alcanza para generar una nueva dirigencia.
Estoy desconcertada y siento que seguimos en la dirección equivocada, que el tiempo pasa y lejos de progresar nos estancamos, festejamos éxitos inmediatos que tienen fecha de vencimiento y tratamos de aprovecharlos mientras duran porque ya sabemos que en poco tiempo volverán las complicaciones y estaremos otra vez enfrascados en una crisis. ¿Hasta cuándo? ¿Cuál es el límite?
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